Hoy fuimos a por un móvil nuevo, no a primera hora, sino después de haber terminado
mis obligaciones en el trabajo, fuimos porque me puse de acuerdo para ir con mi
pareja, quedamos en vernos en la estación de metro y como ambos sabíamos que no
tendríamos forma de comunicarnos fuimos sumamente puntuales, decidimos ir por
el teléfono en cuestión, no quería un aparato que costara una pequeña fortuna,
mucho menos que representara un mes de salario, me limitaría a un utilitario
que cumpliera su función, solo eso así llegue a una marca nueva de esas
emergentes que buscan abrirse mercado, una marca joven que ofrece de todo a un
tercio del precio, eso fue bastante rompedor, pero nada más sorpresivo que la
siguiente decisión que tome, eso sí después del respectivo café le comente a mi
cómplice que prometía a no ser un esclavo de la pantalla tonta, que este nuevo aparatito
sería un nuevo comienzo en mi vida y que me comprometía a que cada día bajaría
una sola aplicaciones y no pasaría a la siguiente hasta no comprobar que
realmente la utilizaba, pensó que estaba enloqueciendo y no entendió mucho mi
plan pero como siempre conte con su apoyo.
Este avance diario con mi nuevo teléfono lo iré narrando en este blog
durante este año, espero que sea paciente y no me desborde por tener toda la información
que tenía en el otro como también espero poder controlar mi ansiedad, veamos
que ocurre.
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