En mi anterior teléfono, del que ya no me quiero acordar, tenía al menos 40
notas distintas que me servían como especie de recordatorio, de cosas importantes
como las claves de todos los bancos, redes sociales, clubes, frases celebres, canciones, libros que me apetecian, recetas de cocina y demás elementos que
acarrearan memorizar números o procedimientos, aunque no espero volver a crear
la situación que me trajeron a esta nomofobia sentía que necesitaba dicha
aplicación.
Luego de descargar la aplicación lejos de hacerme un bien fue un mal,
ya que avivo mis fantasmas, tenía un espacio que llenar, pero no tenía el
contenido, y eso alboroto el gusanito de la curiosidad y quise exportarme de ICloud
mi muy robusta agenda, y tal vez los contactos, ya ha pasado una semana y no
tengo más 50 contactos por lo que entro en desesperación, y cometo mi primera
falta a lo prometido y es que intento entrar a mi anterior plataforma pero
resulta que cuando llegue a España yo actualice mi número en IOS, pero días después
este número por un problema menor (alguien me escribía todo el rato cobrando no
sé qué) decidí cambiarlo, olvidando incorporar al sistema, por lo que ahora no podía
entrar a la nube, no pudiendo descargar nada, vaya que error, la ansiedad creció
y se fortaleció cual tsunami y a su paso derribo todos los diques y
controles por mi pensado y unos minutos despues estaba desesperado en
el WhatsApp enviando a los distintos grupos y lista de difusión en los que
participaba , el siguiente mensaje:
"Me he quedado sin móvil, perdí todos mis contactos me puedes
ayudar"
La respuesta de mis conocidos fue inmediata muchas era curiosidad
si me habían robado el teléfono, querían detalles de si había violencia o no,
otros intrigados porque mi número era extranjero, otros ofreciéndome ayuda económica
para adquirir uno nuevo, otro respondiendo al saludo, y uno me paso toda su
agenda de contactos para que yo moldeara la mía, era tal mi desespero por
llenar el vacío con lo que fuera, que fue como si después de comprar un palacete
lo llenaras de muebles de un mercadillo, pero lo importante no eran la
relevancia de las relaciones humanas, ni si éramos amigos, lo importante era
tener nuevamente una agenda telefónica de cientos y que no si de mil, vaya
error...