miércoles, 30 de noviembre de 2016

Hasta mañana - Mario Benedetti


Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño

que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
 
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me lo digan cuando me despierte.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Hagamos un trato - Mario Benedetti



Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo   

si alguna vez   advierte
que la miro a los ojos  
y una veta de amor  
reconoce en los míos  
no alerte sus fusiles  
ni piense qué delirio  
a pesar de la veta 
o tal vez porque existe  
usted puede contar  
conmigo   

si otras veces  
me encuentra  
huraño sin motivo  
no piense qué flojera  
igual puede contar  
conmigo   

pero hagamos un trato  
yo quisiera contar  
con usted   

es tan lindo  
saber que usted existe  
uno se siente vivo  
y cuando digo esto  
quiero decir contar  
aunque sea hasta dos  
aunque sea hasta cinco  
no ya para que acuda   
presurosa en mi auxilio  
sino para saber  
a ciencia cierta  
que usted sabe que puede  
contar conmigo.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Táctica y estrategia - Mario Benedetti


Mi táctica es
mirarte
aprender como
quererte como sos 
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

El sexo de los ángeles - Mario Benedetti




Una de las más lamentables carencias de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas, se relaciona con el sexo de los ángeles. El dato, nunca confirmado, de que los ángeles no hacen el amor, quizá signifique que no lo hacen de la misma manera que los mortales.  

Otra versión, tampoco confirmada pero más verosímil, sugiere que si bien los ángeles no hacen el amor con sus cuerpos (por la mera razón de que carecen de los mismos) lo celebran en cambio con palabras, vale decir con las adecuadas.  

Así, cada vez que Ángel y Ángela se encuentran en el cruce de dos transparencias, empiezan por mirarse, seducirse y tentarse mediante el intercambio de miradas que, por supuesto, son angelicales.  

Y si Ángel, para abrir el fuego, dice: “Semilla”, Ángela, para atizarlo, responde: “Surco”. El dice: “Alud” y ella, tiernamente: “Abismo”.  

Las palabras se cruzan, vertiginosas como meteoritos o acariciantes como copos.  

Ángel dice: “Madero”. Y Ángela: “Caverna”.  

Aletean por ahí un Ángel de la Guarda, misógino y silente, y un Ángel de la Muerte, viudo y tenebroso. Pero el par amatorio no se interrumpe, sigue silabeando su amor. 

 Él dice: “Manantial”. Y ella: “Cuenca”.  

Las sílabas se impregnan de rocío y, aquí y allá, entre cristales de nieve, circulan el aire y su expectativa.  

Ángel dice: “Estoque”, y Ángela, radiante: “Herida”. El dice: “Tañido”, y ella: “Rebato”.  

Y en el preciso instante del orgasmo ultraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos, se estremecen, tremolan, estallan, y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo. 



miércoles, 2 de noviembre de 2016

Mis Ojos Dicen

 

De repente te ves al espejo y ves en tus ojos que ha pasado por ti algo de vida. Cosas que hiciste. Cosas que viviste, y no te reconoces en tu pasado. No encuentras tu nombre en tu propia historia. No fuiste lo que eres.

Entonces piensas en huir. Entonces piensas que es más sencillo vivir la vida a campo traviesa. Te das cuenta que has buscado refugio en un lugar donde estás a merced de las armas del enemigo. Que lo que pase de aquí en adelante dependerá de todo menos de ti.

A veces uno quiere escoger otras pieles. Porque cuando estás solo es más sencillo mirarte al espejo y mentirte. Decirte que podrías ser otro aliento. Uno menos cansando. Uno más ligero. Una arruga menos. Un camino más sencillo. Una tarde más tranquila. Un sol más benevolente. Una tarde gris menos fría. Un invierno más cálido. Una lluvia que refresque y no un aguacero que ahogue. No un trueno ensordecedor. Pero del pasado ya no puedes huir. El pasado es tu cadena. Tu cadena más pesada y por más que quieras ser libre, nunca lo serás. El pasado es tu condena. Una condena de la que no existe absolución.

¿A dónde se va el deseo? Cuando la noche es negra. Cuando todo calla. Cuando hay un silencio que te grita, que te atormenta, que te ruega que escuches. Que te grita qué quieres. Que lo tienes que querer. Que prometiste. Que juraste. Que es tu destino.
Pero tu vida te muestra un camino donde lo que quieres no cabe. Y entonces esas promesas irán a vagar al lugar de tu alma donde no eres nadie. Y entonces tus ojos te dirán que la única salida es darle paso a la más dulce tristeza.

PD: No es de mi autoria, copiado de Ayúdame Freud

Pausa - Mario Benedetti


De vez en cuando hay que hacer
una pausa


contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana

examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.