- Ya toda me entregué y di,
- y de tal suerte he trocado,
- que mi Amado es para mí
- y yo soy para mi Amado.
- Cuando el dulce Cazador
- me tiró y dejó herida,
- en los brazos del amor
- mi alma quedó rendida;
- y, cobrando nueva vida,
- de tal manera he trocado,
- que mi Amado es para mí
- y yo soy para mi Amado.
- Hirióme con una flecha
- enherbolada de amor,
- y mi alma quedó hecha
- una con su Criador;
- Ya yo no quiero otro amor,
- pues a mi Dios me he entregado,
- y mi Amado es para mí
- y yo soy para mi Amado.
lunes, 24 de octubre de 2016
Ya toda me entregué y di - Santa Teresa de Ávila
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