lunes, 30 de mayo de 2016
Mensaje de amor primaveral - Yü Hsüan-Chi (魚玄機)
El sendero de montaña es abrupto
y los peldaños de piedra peligrosos,
pero no sufro por las dificultades del viaje, sino
por estar perdidamente enamorada.
El torrente de montaña,
que procede del hierro derretido muy lejos,
es tan puro como tu carácter espiritual.
Cuando veo la nieve de las montañas lejanas,
pienso en tu belleza de jade.
No escuches canciones vulgares
ni bebas demasiado vino primaveral
ni te pases toda la noche jugando
al ajedrez con huéspedes ociosos.
Recto como un pino y no como un canto rodado,
mi juramento de amor es para siempre.
Ansío los días en que estaremos de nuevo juntos,
como los pájaros que vuelven con un ala en común.
Camino con mis penas
y me paso todo el día anhelado al final del invierno
el momento en que volveremos a estar juntos bajo la luna llena.
¿Qué puedo darte como regalo de despedida?
Lágrimas que relucen al sol en las letras de un poema.
Otra Traduccion
El sendero de la montaña es empinado,
peligrosos son los caminos pedregosos,
mas no es el sendero que me hace sufrir,
es mi amor por ti.
Al oir el hielo que se quiebra,
pienso en tu dulce voz,
la nieve sobre las lejanas cumbres
me recuerda tu rostro.
No escuches canciones vulgares,
no bebas el licor de la primavera.
No invites huéspedes ociosos,
para largas veladas de ajedrez.
Recuerda nuestras promesas de amor
que debía durar para siempre,
aunque nuestra unión
tarda en romperse.
Aunque detesto este devenir solitario,
sola en un interminable día invernal,
mi última esperanza es encontrarte
cuando la luna llena esté en el cielo.
Separada de ti,
¿qué puedo ofrecer?
solo este unico poema,
bañado en lagrimas cristalinas
lunes, 23 de mayo de 2016
Cien sonetos de amor XVII - Pablo Neruda
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva dentro
de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
lunes, 16 de mayo de 2016
Poema XIV - 20 poemas de amor y una canción desesperada - Pablo Neruda
Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
lunes, 9 de mayo de 2016
Etapas - Hermann Hesse
Así como toda flor se enmustia y toda juventud cede a la edad,
así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;
a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud,
mas no les es dado durar eternamente.
Es menester que el corazón, a cada llamamiento,
esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
esté dispuesto a darse, animoso y sin duelos,
a nuevas y distintas ataduras.
En el fondo de cada comienzo hay un hechizo
que nos protege y nos ayuda a vivir.
Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;
el espíritu universal no quiere encadenarnos:
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad
en un morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer:
sólo quien está pronto a partir y peregrinar
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.
Aun la hora de la muerte acaso nos coloque
frente a nuevos espacios que debamos andar:
las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...
¡Ea, pues, corazón arriba! ¡Despídete estás curado!
así también florecen sucesivos los peldaños de la vida;
a su tiempo flora toda sabiduría, toda virtud,
mas no les es dado durar eternamente.
Es menester que el corazón, a cada llamamiento,
esté pronto al adiós y a comenzar de nuevo,
esté dispuesto a darse, animoso y sin duelos,
a nuevas y distintas ataduras.
En el fondo de cada comienzo hay un hechizo
que nos protege y nos ayuda a vivir.
Debemos ir serenos y alegres por la Tierra,
atravesar espacio tras espacio
sin aferrarnos a ninguno, cual si fuera una patria;
el espíritu universal no quiere encadenarnos:
quiere que nos elevemos, que nos ensanchemos
escalón tras escalón. Apenas hemos ganado intimidad
en un morada y en un ambiente, ya todo empieza a languidecer:
sólo quien está pronto a partir y peregrinar
podrá eludir la parálisis que causa la costumbre.
Aun la hora de la muerte acaso nos coloque
frente a nuevos espacios que debamos andar:
las llamadas de la vida no acabarán jamás para nosotros...
¡Ea, pues, corazón arriba! ¡Despídete estás curado!
lunes, 2 de mayo de 2016
Ítaca - Constantino Cavafis
Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que tu camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de conocimientos.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni al colérico posidón,
no hallarás tales seres en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
A los Lestrigones ni a los Cíclopes
ni al salvaje Posidón encontrarás,
si no lo llevas dentro de tu alma,
si no es tú alma quien ante ti los pone.
Pide que el camino sea largo.
Que sean muchas las mañanas de verano
en que -¡con qué placer y alegría!-
arribes a puertos antes nunca vistos.
Detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
nacar y coral, ámbar y ébano
perfumes sensuales de todo tipo,
cuanto mas voluptuosos y delicados.
Visita muchas ciudades egipcias
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre en tu mente a Ítaca.
Tu llegada allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años,
y a tú vejez arribes a la isla,
enriquecido con cuanto hayas ganado en el camino
sin esperar a que te de riquezas Ítaca.
Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, no te ha engañado Ítaca.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.
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