martes, 14 de diciembre de 2010

Los sicopatas dominan al mundo...


Según los psicólogos los psicópatas hacen girar al mundo, Robert Hare autor de la escala de evaluación por excelencia para detectar este trastorno expreso jocosamente en una entrevista que no debió haber dedicado tanto tiempo a las cárceles que debió pasar mas tiempo en la bolsa de valores y los resultados serian los mismos, ya que los corredores bursátiles tienen una entramado mental similar al de los asesinos en serie.

Por otra parte Martha Stout profesora de psicología en Harvard comenta que resulta aterrador y asombroso que los rasgos de carácter que impulsan a algunos ejecutivos a su imparable carrera hacia la elite son los mismos que empujan a algunos a asesinar brutalmente y a robar entre otros crímenes; esos rasgos serian locuacidad y encanto superficial, impulsividad, una total falta de empatia y conciencia, ego desmesurado, gran capacidad para mentir y engañar, ausencia de remordimientos, grandes manipuladores.

Los psicópatas nos dominan ellos son una minoría, pero les encanta el poder, le encanta ganar por eso entre mas asciendas en la escala social mas psicópatas encontraras y son precisamente ellos los que inician las guerras, crean las injusticias económicas, coartan las libertades de otros, son los que influyen y en ocasiones controlan la vida de todos.


Me pregunto yo esto sera realmente cierto, abran tanto psicópatas asi o sera una declaración mas de los psicólogos con ánimos de hacer polémica o en nuestra muy reciente capacidad de etiquetar como patologias conductas humanas normales, como estres postelectoral, tensión premenstrual, síndrome de hiperactividad y déficit de atención y muchos mas que se van poniendo de moda y que salen en todos los diarios y con amplia cobertura en medios de comunicación son anunciados.

Realmente la verdad no la se y aun no se si soy o no un sicópata a lo mejor no lo sea ya que no he cometido crimen alguno o porque no estoy en la elite profesional y lamentablemente sea uno mas de los múltiples esclavo de los verdaderos psicópatas.


martes, 2 de noviembre de 2010

Que importa que edad tengo


¡Que importa eso!
tengo la edad que quiero y siento!
la edad en la que puedo: gritar sin miedo en lo que pienso...
hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o a lo desconocido...
pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Que importa cuantos años tengo!
no quiero pensar en ello,
pues unos dicen que ya soy viejo,
y otros que estoy en el apogeo,
pero no es la edad que tengo
ni lo que dice la gente.

Sino lo que mi corazón siente
y lo que mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios
para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero,
para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.


Ahora no tienen porque decir:
¡estas muy joven, no lo lograras!
¡estas muy viejo, ya no podrás!
Tengo la edad en la que las cosas
se miran con calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en el que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanzas.
Tengo los años en los que el amor,
a veces es una loca llamarada,
ansiosa de comunicarse con el fuego,
de una pasión deseada.

¿Qué cuantos años tengo?
no necesito con un numero marcar,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derrame
al ver mis ilusiones truncadas...
¡Vale mucho mas que eso!.
¡Que importa si cumplo cuarenta,
cincuenta o más...
Pues lo que importa
¡Es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo las experiencias adquiridas,
y la fuerza de mis anhelos.

¿Que cuantos años tengo?
¡Eso a quien le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo
y hacer lo que quiero y siento.

lunes, 18 de octubre de 2010

El tren de la vida

Hoy finaliza un etapa académica de mi vida, es mucho lo que se tiene que agradecer y con muchas personas compartir el triunfo, no me atrevo a tratar de enumerarlos por riesgo a olvidarlos y no rendir tributo suficiente a quien lo merece, pero si quisiera compartir este pequeño texto proporcionado por una gran maestra de la cual estaré eternamente agradecido..

La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros…

Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado…  Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irreemplazable...

No obstante, muchas otras personas que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida...  Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida...

Algunos tomarán el tren, para realizar un simple paseo… Otros durante su viaje pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…

Muchos al bajar, dejan un vacío permanente… otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos...

Es curioso ver como algunos pasajeros, aún los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados, sin que exista ninguna comunicación…

Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte…  De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…

El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas...

Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda. El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos toca bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado.

A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...?  Separarme de los amigos que hice en el viaje, será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.

Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final.

Amigos…hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena.

“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje lindos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”

FELIZ VIAJE!!!

jueves, 15 de julio de 2010

¿Mala por buena?


¿Se ha sentido usted desadaptado en una organización pese a que realiza un trabajo de alto nivel, eficiente y conforme a valores? ¿Ha recibido rechazo, resistencia y hasta le han culpado por resultados adversos pese a que usted considera ser una persona esforzada y de alto rendimiento? No se preocupe, la famosa Jabulani le acompaña en esa situación.

Escribo esta columna teniendo al lado dicho balón y luce como los científicos la describen: redondez perfecta. Ha sido calificado como el balón más avanzado de la historia por sus características y tecnología. Sin embargo; esa misma perfección esférica se usó como justificación de errores e imprecisiones en el Mundial de fútbol 2010. Incluso, no han faltado quienes le descalifican ante la dificultad para lidiar con ella.

En modo similar, los agentes de cambio que procuran el profesionalismo, el alto desempeño, elevar el nivel, y la incorporación del uso de la ciencia, suelen ser desprestigiados por quienes prefieren viejos modelos de gestión como la manipulación, la ambigüedad y el poder personal. ¿No será que por su incapacidad para adaptarse se atrincheran en la comodidad del paradigma tradicional?

Acostumbrarse a algo mejor toma tiempo, en el camino se "fallarán goles" y algunos "porteros" tendrán dificultad para atrapar oportunidades que llegan en condiciones diferentes. La perfección del Jabulani exige disciplina para mejorar, una nueva actitud, conocimiento del entorno, adaptación, aprendizaje, humildad para reconocer errores y, especialmente, persistencia para alcanzar la altura de las circunstancias.

Quienes se atrevan a aprovechar la tecnología y a trabajar junto a usted que es agente de cambio, pasarán por una etapa de inseguridad e incomodidad, un pequeño precio para ingresar al mundo del alto desempeño. Eso sí, dominado el nuevo sistema, se podrían lograr mejores resultados y "jugadas" innovadoras, la esperada recompensa para quienes abran su mente y den un paso al frente.

En el futuro sabremos si los errores en el Mundial 2010 se debieron al balón o a la impericia de los jugadores. Los cambios importantes suelen ser polémicos, si los científicos discuten sobre un balón, imagínese lo que otros harán con las propuestas de transformación que usted promueve; de modo que no espere reconocimientos, alfombras rojas, ni aplausos; simplemente haga lo de la Jabulani: unos le critican y otros la aprecian, pero todos desean jugar con ella, a lo mejor eso hará que no le rechacen y luego hasta disfruten ser mejores por usarla.

¿Tiene usted algo de Jabulani? ¡Ponga a rodar sus ideas, aunque otros quieran patearlas mal, pese a ser buenas!

jueves, 13 de mayo de 2010

El pasado, Presente o futuro




 Un exceso de pasado conlleva tristeza,
un exceso de futuro ansiedad,
y el de presente stress.



En mi modo de ver las cosas, nada es estático, los tiempos verbales son constantemente modificados entre sí, si estamos ante un día lluvioso, escuchando música melancólica, evocaremos solo recuerdos tristes de nuestro pasado y las decisiones que tomemos bajo estas circunstancias conducirán a la tristeza, permaneciendo en un círculo vicioso.


Con frecuencia escucho a la gente afirmar "todo tiempo pasado fue mejor", sin estar consciente de que hace alusión a un verso de Jorge Manrique y sin saber a ciencia cierta dónde radica la superioridad de lo pretérito. Tal vez se trate de añoranza, quizá, como sostiene Ernesto Sábato, de haber olvidado las cosas malas que sucedieron, pero de algo debemos estar seguros: si ocurrieron buenas cosas o si fuimos felices, difícilmente sepultaremos el pasado en el olvido, sobre todo si vivimos un presente de pesadilla y sin certeza de futuro.

Por lo que recomiendo, meditar en lo que se decide recordar,  sacando del “baúl de recuerdos” los elementos positivos o negativos a conveniencia, haciendo presente nuestro pasado, con esta herramienta construir, apegados a la premisa de que el futuro se inventa día a día, por nuestro libre albedrío o atados de manos por los pensamientos esclavista de que somos resultado de nuestras circunstancias y todo lo ocurrido condiciona nuestra realidad.

Por otra parte existe un punto intermedio entre ambas posturas, individuos indiferentes, aquellos que no desean preocuparse, seres que no reaccionan ni con el rugido del león, de esta forman no ven elevados sus niveles de ansiedad, basados en la promesa que “ojos que no ven corazón que no siente” estas personas dejan de ver, aunque permanezcan con los ojos bien abiertos.
Lo cierto es que estos individuos con aplanamiento afectivo, que no es mas, que una anestesia al entorno, puede representar para algunos una herramienta evolutiva y consideran que aislarse es una buena política, si realmente pudiéramos encerrarnos en una cápsula con un ambiente y circunstancias controladas, posiblemente esta aptitud fuera correcta, pero como no es posible, lo que probablemente ocurra es que el objeto de nuestro evasión, note nuestra presencia y emprenda en contra.

No abogo por una vida de nostalgia vuelta al pasado, eso no sería vida; pero sí me gusta invitar a colocar en una balanza sus recuerdos pasados y sus vivencias actuales, seguros de que ambos son vectores de su futuro, tratar de mantener atención en nuestro entorno recordando lo difícil que es ver lo obvio y que las cosas importantes son solo visible al corazón.

 

martes, 13 de abril de 2010

EL CUENTO DE LA LECHERA - Esopo


Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.

martes, 16 de marzo de 2010

El cielo de Paulo Coelho



Un hombre, su caballo y su perro iban por una carretera. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados.
 
Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales…

La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso, y ellos estaban sudados y sedientos.


En una curva del camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió a un hombre que custodiaba la entrada y entabló con él, el siguiente diálogo:
– Buenos días.
– Buenos días – Respondió el guardián.
– ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
– Esto es el Cielo.
– ¡Qué bien que hayamos llegado al cielo, porque estamos sedientos!
– Usted puede entrar y beber tanta agua comoquiera – Y el guardián señaló la fuente.
– Pero mi caballo y mi perro también tienen sed…
– Lo siento mucho – Dijo el guardián – pero aquí no se permite la entrada a los animales.

El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante.

Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puertecita vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles.
A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero.
Posiblemente dormía.
Buenos días – dijo el caminante.
El hombre respondió con un gesto de la cabeza.
– Tenemos mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
Hay una fuente entre aquellas rocas – dijo el hombre, indicando el lugar. – Podéis beber tanta agua como queráis.
El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre.
– Podéis volver siempre que queráis – Le respondió éste.
– A propósito – ¿Cómo se llama este lugar? – preguntó el hombre.
– EL CIELO.
– ¿El Cielo? ¿Sí? Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el Cielo!
– Aquello no era el Cielo, era el Infierno – contestó el guardián.

El caminante quedó perplejo.
– ¡Deberíais prohibir que utilicen vuestro nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! – advirtió el hombre.
– ¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos…


lunes, 22 de febrero de 2010

Desiderata - Max Ehrmann




Camina plácido entre el ruido y la prisa,
y en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible y sin rendirte,
mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara,
y escucha a los demás,
incluso al torpe e ignorante,
también ellos tienen su propia historia.
Evita a las personas ruidosas y agresivas,
ya que son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás,
te volverás vano y amargado
pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos, lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera,
por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.
Sé cauto en tus negocios,
pues el mundo está lleno de engaños.
Pero no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe,
hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales,
la vida está llena de heroísmo.
Sé tú mismo,
y en especial no finjas el afecto,
y no seas cínico en el amor,
pues en medio de todas las arideces y desengaños,
es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años,
abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu
para que te proteja de las adversidades repentinas,
mas no te agotes con pensamientos oscuros,
muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina,
sé benigno contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo,
no menos que los árboles y las estrellas,
tienes derecho a existir,
y sea que te resulte claro o no,
indudablemente el universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con Dios,
cualquiera que sea tu idea de Él,
y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma
en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, penalidades y sueños fallidos,
el mundo es todavía hermoso.
Sé alegre.
Esfuérzate por ser feliz.





jueves, 14 de enero de 2010

Cosas que uno debería saber

Uno debería saber que no pasa nada si te moja la lluvia, que el sereno no enferma, y que lo único que pasa cuando duermes con el pelo mojado es que mojas al almohada. Uno debería saber que los fantasmas existen, en tu cabeza, y en la cabeza  de los que no te entienden, o de los que dicen que estás loco.
Uno debería saber que  el que vive por dinero, trabaja por dinero, piensa solo en dinero, terminar por vivir una vida vacía, sin sentido y a veces ni se da cuenta que es por eso. 
Uno debería saber lo que es tener una pasión. Una pasión más grande que cualquier amor que hayas sentido. Uno debería saber mirar dentro de sí y estar dispuesto a enfrentar el que no le guste lo que encuentra.
Uno debería saber lo que es un comienzo. Arrancar con una idea. Un sueño. Uno debería saber lo que es reconocer que las cosas no salieron bien. Uno debería saber que humildad significa saber perder. Uno debería saber que perder no es tan malo como la gente piensa. Uno debería saber administrar la derrota, y buscar el triunfo a través del fracaso.
Uno debería saber abrazar de distintas formas. Uno debería conocer diez mil y más tipos de besos.
Uno debería saber que las mejores noches dan paso a las mañanas más duras. Uno debería saber que a veces hace falta la fuerza de un imperio para pararse de la cama. Uno debería saber lo que es un dolor de espalda, de estómago y de cabeza. Uno debería saber que ninguno de esos dolores es comparable con el dolor de la consciencia.
Uno debería saber que los amigos traicionan y que las parejas se cansan, que los hijos abandonan, pero los enemigos también.
Uno debería saber que las batallas no siempre se pelean, a veces también se abandonan.
Uno debería saber que no tiene nueve vidas, como los felinos, pero tiene más de una muerte.
Uno debería saber que el chocolate cura, que a veces el cigarro da vida, y que otras el alcohol fortalece, que algunas medicinas matan. Que a veces nos aferramos a muchos remedios cuando en realidad no estamos tan enfermos.
Uno debe saber que el mal existe, pero no importa. Uno debe saber que el bien existe y que eso es lo único que importa.
Uno debe saber que es necesario estar solo. A veces. Saber estar solo. Que estar solo es algo que se aprende. Bailar solo. Ir al cine solo. Comer solo. Ver televisión solo. Dormir solo. Pensar solo. Hablar solo. Encerrarse en un mundo que es inalcanzable para el resto de la humanidad. Inventar un universo. Caminarlo cuando uno siente que el mundo se le queda pequeño y que nadie, nadie sabe lo que es probarse tus zapatos.
Uno debería saber el poder que tiene una palabra. Que las amistades más importantes nacen en quince minutos. Que las amistades que duran más de quince minutos no las debilita nada. Uno tiene que saber que a lo mejor toda una vida de amistad acaba cuando te das cuenta que ese amigo que creías tener era más producto de tu imaginación que de la realidad. Uno tiene que saber que a veces la realidad es desengaño.
Uno tiene que saber que el amor duele, que la lealtad es algo duro de mantener, que es fácil ser sincero hasta que la única forma de sobrevivir es decir una mentira. Uno tiene que saber que paga más ser honesto. Uno tiene que saber que los principios son el alimento fundamental del corazón.
Uno tiene que saber que todo tiene un costo. Que todo en la vida es un compromiso. Que siempre va haber alguien que te pida algo a cambio.
Uno tiene que saber que recorrer un camino trazado por uno mismo implica quebrar muchas lanzas, rupturas, adioses, desencuentros, momentos de duda, de soledad, y una lucha constante de devolverse, o desviarse, de caminar un camino trazado por otro, que en apariencia es más fácil, pero que sólo lleva a un terreno donde hay arrepentimiento.
Uno tiene que saber que siempre habrá alguien que critique, que diga que no, que trate de cerrarte la puerta que tu quieres abrir porque le da miedo ver que otros son libres.
Uno debería saber que la libertad es algo interno, que la vida es un juego constante entre voluntad y destino.
Uno debería saber que ninguna decisión es definitiva.
Uno debería saber que mientras más complejo el objetivo más vale la pena deshacerlo todo y volver a empezar.
Uno tiene que saber que puede lograr cualquier cosa que se proponga.
Uno tiene que saber que los que tienen suerte son los que están convencidos de que la tienen, y los que no se paran a oler las flores, sino que se sientan a trabajar duro a pintarlas, describirlas, y luego salen a buscarlas. Sin parar.
Uno debería escuchar su cuerpo. Uno debería saber escuchar su corazón. Uno debería saber que a veces es necesario que manden los sentimientos, pero que es lógico dejar que sea la razón la que tenga la última palabra.
Uno debería saber que lo que dicen los demás tal vez te importa, pero que al final no cuenta para nada, uno tiene que saber que esa gente que uno llama los demás siempre termina por cambiar de opinión.
Uno debería saber que la vida es de uno y de nadie más, que las decisiones son de uno y de nadie más. Uno debería saber que al final se nace solo, y se muere solo, así que dejar de hacer las cosas por lo que otros piensen u opinen generan penas más grandes que cualquier paso errado, o en falso.
Uno debería saber que la mejor cura para una tristeza es que la cocina se llene de un olor que te recuerde la infancia, como el plátano frito o una torta que está subiendo en el horno.
Uno debería saber tantas cosas. Tantas cosas que a veces pareciera que una vida no basta.  
PD: no es de mi autorida (http://manuelazarate.blogspot.com/2013/11/cosas-que-uno-deberia-saber.html)