Felipe Guzmán / Médico venezolano Gastroenterólogo / Vocero de la CONAMEV /
El
acto más natural de la vida es parir. Cerca del 85% de los nacimientos
no requiere de ninguna intervención, ni manipulación. Las mujeres paren
solas. Lo que si necesita, es compañía, atenciones que den comodidad,
respeto, paciencia y el elemento fundamental, amor, amor y mucho amor.
La
des-humanización y mercantilización de este sublime período fisiológico
comienza desde el embarazo. La consulta “médica” frívola, ya atenta
contra madre e hij@ por venir. Lo primero, no demanda la presencia del
padre y mucho menos de la familia; sumergiendo aun mas en la exclusión y
la segregación a la “mujer”, futura madre o una vez mas, madre. El
encuentro esporádico con quien controla el embarazo, que seguro se da,
distante de su hogar, no será cálido, ni de la confianza, que permitiera
el tiempo y el cobijo del encuentro, con quien compartir los temores o
emociones, que asaltan a las primerizas, y de ser veterana en estos
avatares, las angustias de las experiencias anteriores. Vertical, como
una pared, por lo general, transcurren los controles mensuales, si se
controla. Nadie le ha preguntado, por otras
necesidades básicas, que también la angustian. El tecnicismo y el
academicismo hacen de las suyas.
Cuando
llega el momento del clímax, la circunstancia que ya se comienza a
tornar penosa, está condenada a desembocar, casi, inexorablemente, en
CESÁREA. La diferencia entre salud y enfermedad, la determinará el
bisturí.
Si
es en un centro público de atención “médica” (espacios de enfermedad a
donde no deberían de ir las embarazadas eutócicas), donde llega la
ilusionada madre, para traer al mundo a su bello producto del amor, l@s
médic@s necesitan entrenarse y “hacer mano” para lo que se están
“formando” en este mundo capitalista: para trabajar en privado y para
hacer dinero. Condenando de antemano, a las hijas del pueblo pobre
económicamente, a estar “enfermas de embarazo”, y tener que recibir la
puñalada del mercantilismo, que hará las manos de oro del médic@, para
su exitosa carrera en la CLÍNICA. De llegar a privado, ni
hablar, recibirán la puñalada financiera, que hará la diferencia,
consumando la exitosa economía, de l@s famos@s galen@s pequeñ@s
burgues@s del este.
Por
que creen ustedes que, a diferencia de toda Latino América, Canadá,
casi toda Europa, Asia y África, mejor dicho, en casi todo el planeta,
la figura de la comadrona, parturienta o partera está mas vigente que
nunca, y en Venezuela es una especie extinguida. Por que
en Venezuela, parir es una enfermedad, por tanto, requiere de un
bisturí, y el bisturí solo lo manejamos l@s médic@s. Parir por tanto, es
mal negocio. Parir es una enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario