Estos días fatídicos me han permitido evaluar mis
relaciones sociales, mi vida de pareja es un asco tratare de no hablar de ella,
como diría mi abuela: "Si no tienes nada bueno que decir de algo, no digas
nada", por la misma razón evito hablar de mi postgrado y los compañeros.
CouchSurfing & Hospitality Club han resultado
ser un refugio, ya son habituales en casa los extranjeros, ya para nadie es
sorpresa el verme acompañado de un hippie, mochilero, foráneo, forastero,
alienígena, exótico, bárbaro, extraño, intruso o como te apetezca llamarle; en
un principio una vez por mes compartía espacio con ellos, actualmente es una
actividad de todas las semanas, eclipsando todas mis antiguas amistades, muchas
de ellas fuera de Mérida, en el justo lugar en donde les conocí (Caracas,
Valera, Trujillo, Torondoy, Nueva Bolivia, San Juan de Colon, San Cristóbal son
solo algunas de las ciudades en las que he residido en la última década), mis
excompañeros de facultad regresaron a sus ciudades de origen, o están en sus
respectivos postgrados, complicados con cumplir sus metas y sueños, sin contar
los muchos colegas que han abandonado "El País de las Maravillas".
Jesús es
un amigo instantáneo salido de estas páginas o tal vez presentado por alguien,
ya no recuerdo ni quien, ni lugar, puedo afirmar que es una gran conversador, inteligente
como pocos, objetivo y reflexivo.
Jackson es un venezolano legado, se perdió en mi
amnesia selectiva el quien, contador de grandes hazañas de su etnia, siendo
fantástico conocerle.
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