viernes, 4 de mayo de 2012

Presiones sociales y esclavitud moderna




Todos los días al caer el sol, tengo 5 minutos de filosofía que me ha salvado en innumerables ocasiones de caer en la letargo mental, aunque ya en la adolescencia me había compromotido a no decir frases demasiado celebre, no puedo negar que soy un reincidente.

Los 5 minutos de hoy giraron en torno a la frase siguiente: la vida es demasiado seria como para ser tomada en serio, y realmente no encuentro justificación a las presiones sociales basadas en: nacer, crecer, ser guapo, la casa grande, el auto nuevo, viajar por occidente,  reproducirse, en fin sentirse culpable si logras estas metas y/o desafortunado si no eres un  esclavos asalariados, resignado a morir en el intento.

Considero que cada ser viviente en este planeta tiene un trabajo que hacer, ese trabajo no es más que la lucha diaria por la supervivencia. Así es como funcionan las cosas y cómo son las cosas. Dicho esto es difícil vivir lejos de la sociedad y sus  presiones; son poco los privilegiados que disfrutan de estar haciendo esta superviciencia, que hacen esta supervivencia a su manera, ni se imaginan cuanto quisiera decir: Yo lo hago.

No considero que esté mal, hay muchos más que la están pasando peor, trabajando en silencio, inmersos en la monotonía y el cansancio, trabajando sin saber que son esclavos.

Hay que pagar un precio elevado para ser diferente, para no ser uno mas de la manada; En general no me gusta la gente, no me gusta ser parte del rebaño, admiro particularmente los que van por su propio camino  en todo, pero desafortunadamente hasta los más radicales son conformistas en el corazón.

Para muchos de nosotros la trampa conciste en que no se tienen compañeros, no hay nadie liderando el camino, no esta señalada la ruta, tal vez porque la naturaleza misma de lo que se busca es privada y no requiere publicidad o alabanza, cada hombre se forja así mismo, cada quien lucha para algo único para cada hombre.
 
Empiezo este viaje interior, esta reflexión diaria, plasmada en este texto que pretende ser un diario de catarsis mensual, cuando me doy cuenta de que las presiones sociales son más fuertes que lo que puedo soportar, no quiero enfrentar mis conflictos,  pero ya estoy intimidado; No quiero ser un esclavo asalariado, Eventualmente estoy decidido a trabajar para mí, ser mi propio jefe, ser un emprendedor, pero a mis treinta y tantos  años para muchos soy un fracaso total, pero para mi la alternativa era peor. Aspire siempre a convertirme en un artesano en mi área, explotar mis potencialidades, modificar mi entorno, tal vez conte con un poco de suerte.

Tal vez cuente con suerte creyendo que soy libre, totalmente libre, mucho dirán que la esclavitud no existe, pero es que acaso no son esclavos todos aquellos que laboran 8 y mas horas al día para ganar un salario que no alcanza a cubrir sus necesidades básicas. Por eso creo ser libre de vez en cuando, aunque siempre tengo que hacer algo por alguien, aunque algunos pagan bien, sin referirme a dinero, pero lo importante es algo mas que ganarse la subsistencia diaria, cuando ejerzo mi libertad  me siento un hombre nuevo, totalmente libre, es como una, no existencia; cuando recibo el fruto de mi trabajo floto, hay magia, hay algo fundamental en esto,  tantas respuestas para mí, pero yo creo que este estado es diferente para cada uno y cada uno lo encuentra en un lugar distinto, yo afortunadamente o desafortunadamente lo consigo en mi empleo, en lo que hago con mis manos… Se que puedo crear mis propias creencias, me encantan las ideas y constantemente estoy aprendiendo algo nuevo,  me divierto con la información.