domingo, 4 de marzo de 2012
Katmandú
Katmandú, un espejo en el cielo
Estos últimos días, han sido de profunda reflexión sobre el futuro, en momentos no se si regresar a Venezuela, en donde no se si es el gobierno o es que socialmente estamos programados para vivir en el caos, donde la capital figura entre las 5 ciudades mas violentas del mundo, dejando en el camino a países en guerra como Afganistán o Sudan, las revoluciones en los paises árabes que esta siendo particularmente violenta en Libia, Tunes, Egipto no impidió nuestro progreso en la lista; las tensiones en Siria y sus muestras de descontento, no movieron un ápice nuestro renglón en el susodicho ranking, con toda esta alta volatilidad global aun así Caracas vuelve a ser una de las ciudades mas violentas del mundo, y lo que me hace pensar que no es algo particular del gobierno, sino inmanente a nuestra cultura, es que las 4 otras ciudades reinantes en violencia, también se encuentran en Latinoamericana. Sudamérica juvenil y febril de probar cosas nuevas, que se deja seducir por cualquiera, con ideas neo-liberales en los 80, socialistas en el 2000 y que como adolescente no lucha por una meta fija yendo del timbó al tambo, sin ser, ni dejar de ser.
Mi decisión no solo esta condicionada por el miedo a la violencia reinante, también se influencia por la sensación de limitar mis posibilidades de un mejor mañana, acompañado de un enriquecimiento personal pero el aparataje gubernamental pareciera luchar para acabar con esa posibilidad y hacer de los venezolanos mas pobre cada día.
Por otra parte Europa, la vieja Europa, deslumbra, adormece los sentidos con su brillante exhibir de riquezas, pero debajo de las joyas de otrora y el magnifico abrigo de piel, que expone por igual el estatus social como la capacidad de crueldad dispuestos a seguir hasta las últimas consecuencias con tal de obtener lo que necesitan, llámese calor, alimentos, energía, recursos, petroleó, gloria, lo que sea necesario da igual... Esa misma Europa ya entrada en años, con ideas maduras pero ya caducas, no se deja embaucar por pensamientos aventureros, apuesta sobre seguro y en su cuerpo ya comienza a evidenciarse los estragos de su enfermedad, algunos la llaman Euro, ya son muchas las personas que han visto disminuir sus posibilidades, que se acuestan cada noche con hambre, que no duermen pensando en como asumir el costo de las hipotecas, en la calle se respiran aires de desconcierto, España tiene una tasa muy elevada de desempleo que condiciona una serie de males, que me debelan la caquexia de este cuerpo envejecido y en donde el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Entonces aquí en medio de esos pensamientos me encuentro yo, por un lado Venezuela, mi Venezuela, mi patria querida, en donde están mis raíces pero en donde siento que el terreno se torna toxico y por el otro España, en donde me vine a buscar un mundo mejor, el cual se que existe por que lo veo, pero en el cual no me dejan echar raíces... Con ese desconcierto en mente, ese caballo desbocado que galopa por la sabana sin rumbo me tropecé con una película, no es buena no es mala, pero me hizo preguntarme... ¿Donde esta en esta tierra, mi espejo en el cielo?
No seré yo también un pescadilla que se muerde la cola, y no puedo dejar de pensar en Robert Kiyosaki y su conspiración de los ricos, y aunque deje de ser un pobre sin futuro de una área marginal-rural del tercer mundo a través del cultivo del intelecto, llegando a ser medico con 2 especialidades aun solo soy un obrero mas del andamiaje intergeneracional de distribución de riqueza, que no me hace mas diferente al sistema Indu de castas, donde mi orgullo de haber tenido oportunidades por haber abierto la puerta y salido de la pobreza no me deja ver que estaba encerrándome en una nueva carcel de pobreza... la del profesional asalariado.
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