El país mas grande de Suramérica es Brasil y Río de Janeiro su ciudad Maravillosa, en Junio pude pasar unos gratos días entre su gente llegue muy temprano a las 5:00 am Aeropuerto Galeão - Antonio Carlos Jobim, mi Couch no pasaría por mi sino hasta las 7 am, todo por culpa de un problema de comunicación y el no haber tomado en cuenta el cambio de horario, no mas bajarme del avión comenzaron los problemas con el idioma, realmente no es tan fácil como pensaba, en mi pésimo ingles compro cigarros, Agua Mineral y una tarjeta telefónica para comunicarme con João, armado de paciencia espero a que vengan por mi.
João Llega con una inmensa sonrisa y desde un primer momento me hace sentir como en casa, su español es muy bueno con acento colombiano, ya he decidido en algún momento estudiar Português, Me lleva a desayunar Pão de queijo con un exquisito café, después para la casa la cual resulto un grandioso apartamento, inmediatamente me dio una guía, me explico de mil formas como desenvolverme por la ciudad y 30 minutos después estaba caminando por las calles empedradas en calçada portuguesa, tome el metro, conocí los Arcos da Lapa, la Catedral, y todo su paisaje urbano salpicado de Morros, tomamos un barco hasta Niterói para conocer el Museo de Arte Contemporáneo diseñado por Niemeyer, ya al atardecer me fui a la casa, tras cenar fue inevitable el quedarse dormido después del largo día.
Muy temprano comienza el día, nos disponemos a ir al gran icono de la ciudad, El Cristo Redentor o Corcovado, en definitiva esa es la mejor vista de la ciudad y la bahía de Guanabara, después de extasiar los sentidos nos animamos a lanzarnos en asa-delta (ala delta) desde la Rampa da Pedra Bonita em São Conrado hasta la playa, una vez en la urbe con la adrenalina desbordante seguimos el recorrido por los imperdibles para ya cansados cenar en Porcão un excelente lugar donde se paga por entrar y se come ilimitadamente con la vista a la playa y los morros de testigo, ya con las necesidades básicas satisfechas esa noche buscamos rumba y realmente la encontramos Veloso fue sorprendente y todos los teatro tienen una buena vibra.
Muy temprano otra vez estamos preparándonos para un domingo en Copacabana e Ipanema, caminamos por todo el boulevard tratando de retener esa mágico ambiente, el agua en la playa de Ipanema me encanto, todo y todos es bello en ese lugar, es magico, el culto al cuerpo es máximo y yo simplemente era un obeso entre diosas griegas, para soportar mi infelicidad me tome una caipirinhia, y ya con la segunda estaba feliz después fui al Forte de Copacabana y allí João, me contó toda la historia de la revuelta y me pareció grandiosa como todo en este lugar; con la tarde cercana a su fin nos dirigimos al Pão de Açúcar para ver un gran ocaso con aplausos incluidos, otra vez a buscar a mi guía y seguir atentamente sus historias sorprendentes lamentablemente se acaba el tiempo y mañana ya tengo que tomar un taxi con destino al aeropuerto que me llevara nuevamente a mi cotidianidad, Portando mucho de estas tierras conmigo...