sábado, 14 de marzo de 2009

EL NEGOCIO ES SALVAR VIDAS: DENNOS CRÉDITO



“Pretencioso pero indiscutiblemente cierto: el negocio es salvar vidas. Diariamente, miles de españoles entregan a sus médicos en el Sistema Nacional de Salud lo que más aprecian, su propia vida. Les ofrecemos una solución para sus problemas y, junto con otros, nos dedicamos a curarles. Cuando no podemos, porque tenemos límites, les ayudamos a soportar la muerte. Sabemos que confían y quieren que uno se comporte no como cualquier médico, quieren al mejor médico. Eso nos lleva a luchar por mejorar profesionalmente y así responder a las necesidades. Pero, ¿Podrán seguir confiando?

La excelencia no ha sido gratuita. Hasta poder desobstruir una coronaria o trasplantarle el hígado, estudiamos duramente para acceder a la facultad y acabar en seis años la licenciatura. Luego competimos para acceder a la formación especializada. Trabajamos y nos formamos simultáneamente por una remuneración incalificable durante otros cuatro o cinco años. Eso son horas sin dormir, reuniones familiares perdidas o desconexión de los amigos, que no entienden que el hospital y los pacientes van primero. Terminado el entrenamiento, once años después, muchos pasamos a ser eternos “interinos” por incumplimiento legal de los diferentes gobiernos. Y continuamos progresando sin ayuda de la misma administración que se beneficia del valor añadido aportado. Pero ese esfuerzo no produce el beneficio económico que se nos atribuye. Me sonrojo al contar que el precio de una hora de guardia hospitalaria de un, pongamos, cirujano con 20 años de experiencia es inferior al de personas del servicio doméstico de las señoras y caballeros que deciden sobre Sanidad. Lamentablemente, el desprestigio cunde. Cada vez hay menos médicos interesados en las especialidades de mayor riesgo, que son las peor recompensadas.

Ahora no pedimos que nos paguen anualmente una cuarta parte de cuanto reciben las estrellas de fútbol por temporada. No es preciso temernos o reverenciarnos porque la nuestra es una profesión, no un sacerdocio. Sólo pregúntense qué estarían dispuestos a dar por el mejor y más motivado médico cuando la enfermedad ponga en peligro su vida. Reconocerán que si no cuidamos a los profesionales e incentivamos la excelencia algún día lo lamentaremos todos. La asistencia sanitaria es un negocio para muchos, pero créanme, nuestro primer y principal negocio como médicos es salvar vidas. Dennos crédito.”

Copiado de http://medicablogs.diariomedico.com/desdeelpuente/page/216/
25 de noviembre de 2005 | escrito por | clasificado en Profesión